Así lo manifesto a concejal mandato cumplido, Candela Correa, explotando en llanto e indignación cuando se dirigió a su oficina y se encontró con que habían cambiado la cerradura.
Correa explotó en bronca porque pensó que podía retirar sus cosas tranquilamente del Concejo Deliberante, pero cuando se dispuso a hacerlo ya tenía impedido el ingreso a su propia oficina. En declaraciones a la prensa dijo:
“Me voy con un trago amargo por la situación” y agregó” que “no cree que en estas semanas vayan a realizar proyectos los nuevos concejales ya que inician el receso”.
También expresó que durante dos años le hicieron lo mismo desde cambiarle la cerradura, pedirle que se tape un poco respecto a su vestimenta, y se le reían porque no tenía computadora.
A pesar de la indignación que le produjo lo sucedido Candela Correa se secó las lágrimas y manifestó que seguirá trabajando “en este proyecto político porque creo en mi gobernador Gustavo Sáenz”.