Los peritos de la investigación judicial por el atentado a Cristina Kirchner hallaron ADN del imputado Fernando André Sabag Montiel en el arma utilizada para el ataque del pasado jueves.
El arma hallada en el lugar del hecho tenía cinco proyectiles, pero ninguno de ellos en la recámara, aunque se comprobó que estaba apta para disparar.
Fuentes vinculadas a la causa, explicaron que el no hallazgo de huellas digitales pudo deberse a “manoseo” y a las “pisadas” que hubo en la pistola cuando se produjo el tumulto entre los militantes para detener a Sabag Montiel.
El origen del arma
La pistola, al parecer, fue robada hace diez días a la familia de un amigo del tirador, según confirmaron. El último propietario del arma en cuestión fue un empleado de seguridad de apellido Herrera, quien murió hace aproximadamente un año.
La Bersa Thunder se encontraba en una valija con elementos personales del fallecido, pero según aseguró la hermana del vigilador, la misma había desaparecido hace unos diez días.
Ahora la jueza federal María Eugenia Capuchetti, el fiscal Carlos Rívolo y el equipo especial de la Policía Federal buscan determinar si el robo lo realizó el propio Sabag Montiel o contó con la ayuda de un cómplice.
Justamente el acusado como tirador de la Vicepresidenta era “amigo de hacía muchos años” de Herrera, quien en 2002 había hecho los trámites legales Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC) por la propiedad de la Bersa Thunder.