Como consecuencia de las torrenciales lluvias, el Valle de Lerma se encontró en una situación delicada. Varios videos publicados en las redes sociales mostraron calles rebalsando de agua. Un día lleno de complicaciones tuvieron que vivir los vecinos de la Merced y Cerrillos.
Varios Mercedeños tuvieron que ser evacuados y trasladados en la pala de una máquina municipal para poder salir del anegamiento en que se encontraban sus hogares.
La Merced fue una de las localidades más afectadas por la tormenta que cayó durante toda la madrugada del día jueves, y por lo cual tuvieron que suspender todas las actividades.
Los accesos a La Merced se vieron anegados debido a la gran cantidad de agua que cayó en las últimas horas. El río San Martín se triplicó y estuvo intransitable, en tanto La Cañadita y San Agustín estuvieron completamente inundados.
En tanto sobre la Ruta Nacional N° 68 no fueron menor los daños producidos por el avance y el caudal del agua: socavamiento de calzada y vehículos varados esperando ser auxiliados fueron algunos de los daños materiales que dejó como saldo el temporal.
Así también el recorrido habitual del corredor 5 Chicoana tuvo que desviarse por Rosario de Lerma.
Cerrillos fue otro de los municipios afectados. Durante la tarde de hoy confirmaban que estaban superando las 60 personas evacuadas y se informaba que se estaba brindando refugio en el Centros de Jubilados de Barrio San José, Villa Balcón y en la Parroquia San José de esta localidad.
Los barrios más afectados fueron los ubicados sobre ruta 26, Paraísos, Santa Rita, Candelaria, Los Álamos, Rinconada, Congreso Nacional, Villa Evita para lo cual intervinieron bomberos y personal de asistencia crítica.
Lo sucedido hoy demuestra que los temporales y las crecidas de los ríos o las lluvias no siempre producen desastres.
Para que estos estén a la orden del día deben conjugarse amenazas naturales y condiciones de vulnerabilidad específicas de un territorio.
Lo que implica cuestionar la relevancia de las intervenciones públicas desarrolladas para evitar los riesgos y analizar la impronta de las políticas de ordenamiento urbano y el desarrollo de infraestructura, tanto por acción u omisión, en la producción social de los riesgos.
El Valle de Lerma ya tiene un largo período recorrido de las ocurrencias de inundaciones significativas con una basta problematización para quienes se emplazan en sus suelos como lugar de residencia.
Particularmente, dentro de este marco del posdesastre, el tema es abordado por un lado, como un problema a gestionar en el presente (la situación de emergencia) y, por otro, debería ser tratado como una alerta sobre escenarios de riesgo futuro.
Ambos modos deben incidir para que la movilización de inversiones y gestiones municipales y provinciales convergan en acuerdos y acciones serias para disminuir el riesgo de inundaciones específicas del Valle de Lerma que demanda urgente soluciones a la vulnerabilidad hídrica que lo caracteriza actualmente.