Los gritos de aliento eran los habituales, por supuesto los celulares de allegados y amigos captaban el momento, pero lo que era una divertida escena de “turismo aventura” en una conocida plataforma de jungee jumping en Coronel Moldes terminó al filo de un accidente grave: la soga se cortó y el protagonita de la aventura, de 36 años oriundo de Capital Federal, cayó a toda velocidad y se dio un tremendo golpe contra el agua.
El accidente se produjo en la plataforma que la empresa Extreme Games tiene montaba en un sector del enorme puente del dique Cabra Corral, a unos 80 kilómetros de la capital salteña, que está entre las más conocidas del país para ese tipo de experiencias de turismo aventura.
Sin embargo, la rutina repetida cientos de veces, con los arneses y sogas listos para saltar, hizo esta vez que “Tincho” se lanzara hacia adelante, tal como le indicaba el empleado de la atracción… y cayera al espejo de agua, literalmente, “como un misil”. Es que la cuerda elastizada no ofreció ningún tipo de resistencia, de hecho pareció desprenderse de la base misma de la plataforma, apenas el peso del turista forzó el descenso. Así el impacto al agua del hombre fue pleno, casi con las mismas características que habría tenido si se hubiera lanzado sin nada:
Ante lo ocurrido se escucha en el relato de quienes acompañaban al turista, que casi no pueden creerlo al decir “se le cortó la soga”. En el agua el hombre fue rapidamente socorrido ´por una lancha que la empresa tiene a pocos metros de la zona de saltos, para emergencias como la que efectivamente terminó sucediendo. Según se indicó fue trasladado luego a una clínica para atender las consecuencias del golpe sufrido. En las redes sociales, como suele suceder, el tema generó sorpresa y también bromas, pero lo cierto es que las causas del accidente deberán investigarse ya que el episodio pudo tener graves consecuencias.
El bungee jumping, también conocido como góming, es un deporte extremo que consiste en arrojarse desde gran altura, generalmente puentes, con los pies amarrados con una soga elástica, de manera que esa cuerda elastizada termina amortiguando paulatinamente la caída, hasta tirar hacia arriba y dejar la sensación de “estar volando”. Se practica en todo el mundo y ha costado ya muchas vidas, justamente por los accidentes de este tipo, desde cuerdas que se cortan a equipos mal colocados. Por suerte el hombre de esta historia puede contarla.
