El asalto quedó registrado en la cámara del motociclista, que denuncia que las autopistas del oeste y zona sur “están liberadas”
“Pará, pará, pará”, fue lo que alcanzó a gritar un hombre abordado por dos motochorros en la ruta 8. Manejaba su propia moto cuando los desconocidos se le pusieron por delante y le apuntaron con un arma. Ocurrió el sábado por la tarde, entre la localidad bonaerense de Parada Robles y Solís, en la ruta que conduce hasta San Antonio de Areco. Juan Manuel logró zafarse de milagro del robo y ahora denuncia que las autopistas de zona oeste y sur están liberadas. “Si vas por autopista del oeste o sur estás regalado”, advirtió y dijo: “Si paraba era boleta”.
El episodio que tuvo lugar el sábado alrededor de las 18 en la ruta 8, Juan Manuel, de 52 años, comentó que se trató de un hecho inesperado porque siempre sale a andar en moto el fin de semana y nunca le había pasado: “Venía andando y haciendo la vía que hago los fines de semana que salgo a dar una vuelta mi moto”. Contó que justo ese día salió solo pese a que en general lo hace en grupo porque su amigo no podía acompañarlo. “Salí solo hacia Pilar, pasé por el peaje, por Capilla del Señor, agarré la 192 y volví a retomar Panamericana”, recordó y señaló dónde sucedió el asalto: “Fue en un tramo largo que hay entre Parada Robles y Diego Gaynor”.
Allí, mientras circulaba a una velocidad de 120 kilómetros por hora, una moto modelo Kawasaki en la que viajaban dos personas se le encimó y le apuntaron con un arma directo a la cabeza. El hombre dijo que recurrió a su “instinto” para zafarse y evitar un disparo: “Salieron de la nada, no había nada ni nadie. Me apuntaron con una glock y esperé el tiro en la pierna porque lo normal al robarte en motos grandes es pegarte un tiro en la pierna”.
El motociclista dijo que sin dudas los vio preparados para robar, porque estaban con cascos y el arma desenfundada. El siniestro momento quedó registrado en la cámara GoPro que lleva siempre prendida y explicó cuál fue la maniobra que hizo para zafar del robo: “Cuando les digo ‘pará, pará, pará’, ellos se pasan y entonces paro, los hago frenar y pego la voltereta para irme”. Sin embargo, aclaró que mientras huía en dirección a la localidad de Solís, esperaba que le “tiren por atrás” y confesó que no volvería a hacer esa maniobra.
Analizó que si se detenía cuando le apuntaron seguramente le hubieran disparado: “Si paraba era boleta. Los tipos me tiran ahí porque están pasados, y me pegan un corchazo en la pierna porque saben que así se pueden escapar tranquilos. La única opción era mi instinto de sobrevivir y escapar”.
Ya a salvo en una estación de Gendarmería en la que paró, el motociclista revisó no tener ningún disparo en la moto ni en el cuerpo y luego especuló por qué no le dispararon y por qué no lo persiguieron: “Creo que no me pudieron seguir primero porque aceleré a fondo muy rápido y segundo porque ellos tenían que salir a casi cinco kilómetros por hora para tomar velocidad y quizás pensaron que ‘se nos escapó y está yendo a algún puesto de policía’”.